Prometo que no hay ningún filtro en esta imagen... Y por eso me gusta tanto. 

Sin filtros, sin maquillaje y fíjate: la felicidad es la mejor forma de verse bien.

Porque lo que sentí en Madrid fue felicidad pura. Desde que llegué.

El primer día, cuando solté las maletas me fui directa hacia el Retiro. Como era de esperar, me perdí.

Pero no fue en vano, pues me encontré con una mujer ya algo mayor, Loli, que también estaba buscando la Feria. 

Nos cogimos del brazo (para que se apoyara, ya que en la otra mano llevaba un bastón) y echamos a andar. Más de media hora de charla con esta mujer sobre la vida... Supe que Madrid iba a ser muy especial.

Gracias, Loli.

Por ser así y por buscar siempre una excusa, perfecta o imperfecta, para comprar libros.

Gracias por volverte para hacerte la foto conmigo, una vez supiste que soy escritora.

Ya es sábado, me toca firmar. Estoy a las puertas de la entrada al Parque y no puedo controlar mis nervios.

Bueno, llamémosle emociones. Porque los nervios tienen por costumbre ser malos, y lo que yo sentía era demasiado bonito.

Nos adentramos un poquito más y me doy cuenta de que... voy a firmar frente a María Esclápez, junto a Ángel Martín y a unas pocas casetas de Javier Castillo. 

¿Podéis creerlo? ¡Porque yo no!

Llega la hora de la firma y una mujer, que iba andando muy deprisa, se para en seco y vuelve para atrás. 

Me mira y me pregunta; ¿tú eres la autora de ese libro?

Yo asentí, casi con miedo. Su respuesta:

"¡Mi hija tiene tus libros! Es que al ver el cubo de Rubik me ha venido a la mente que los vi el otro día en su piso."

De hecho, tras analizarlos y cerciorarse de que sí que eran, cogió el móvil para llamarla corriendo y contárselo.

Y yo pensando: "a quién conoceré yo en Madrid, que pueda tener ambos libros".

No, no conozco a nadie en Madrid.

¿Será que Mario va creciendo?

Si la mujer estaba entusiasmada con la idea de haber visto a la escritora de los libros que lee su hija, imaginaos cómo podía sentirme yo...

No me dio tiempo a digerir emocionalmente esta escena cuando se para un hombre y me dice:

"¡Yo te conozco!"

Tras un rato charlando, me quiso hacer un regalo.

Sí, a mí. Un regalo. ¿Por qué?

Al hombre le hacía ilusión que yo tuviera un ejemplar de su libro (también es escritor). 

Y yo pensando, tal y como yo se lo regalé a Pepón Nieto, o a algunos otros famosos o personas a las que admiro, él me lo ha querido regalar a mí.

¿Es hora de que empiece a creérmelo? 😳

¡¡Por cierto!!

¿Os acordáis del cliente que se alojó en el hotel durante la feria de Granada? 

¡Qué ilusión me hizo volver a verle! Ya tengo conmigo su novela, La vida del pez. Por si os interesa, su Instagram es @davidmendieta75

También traje conmigo Las chicas de papel, novela de Jesús Gómez, ¡qué ganitas tenía de tenerla! A él lo encontraréis en @bacanaldeletras.

En definitiva, creo que voy a tener que inventar nuevas maneras de dar las gracias, porque con Madrid todo se queda corto.