Mario: los genes nunca mueren
Todo empezó cuando Mario tuvo que hacer un viaje en el que se dio cuenta de que la vida no era como se la habían pintado, que había mucho mundo y cosas nuevas por descubrir.
En ese momento tuvo que reunir el valor para salir de su zona de confort, que resultó no ser tan confortable como le hicieron creer, y enfrentarse a una realidad que para él era totalmente desconocida. Con el paso de los años y tras superar muchos obstáculos, se convierte en un muy reputado psicólogo y trabaja como tal en un instituto.
El primer día de clase se fijó en Lucas, un chico que demuestra tener muchos traumas que superar, y se acercó al pequeño para conocer más acerca de él y, así, descubrir el origen de sus problemas.
Lucas estaba pasando una muy mala racha y, si bien es cierto que conocer a Mario le ayudó bastante, sus hermanas no opinaban lo mismo. Y es que, tras investigar un poquito la vida de Mario, Elisa y Lourdes descubrieron algo que no les hacía ni pizca de gracia.
¿Cómo permitir que su hermano confiara en alguien así... como él?
¿Acaso es mejor el remedio que la enfermedad?
Finalmente llegó el cumpleaños de Lucas, el día más ansiado para todos. En el que por fin el pequeño reuniría a todos sus seres queridos. También quiso invitar a Éric, uno de los amigos de Elisa. Quizás el mejor amigo que nadie quiere tener.
Y, bueno... El cumpleaños acabó con una nota en la prensa.
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